Un nuevo robo de luz...

De pie ante el cristal siento como la vitalidad huye por mis poros, mis latidos enmudeciendo pierden su fuerza, se ralentizan. Mi mirada entristece, se desnuda de alegría y queda perdida. El silencio se apodera de mi estampa, mostrándome en pura serenidad, mientras que en mi interior se forma un enjambre de pensamientos que analizan la situación.
Tus gritos, exigencias y desafíos intentan derrumbarme. Si contesto aumentas la intensidad de tu castigo, y si callo la tortura se acomoda y alarga su estancia.
En todo este tiempo solo aprendí a sentarme y esperar, dejar mi mente en blanco con el único pensamiento de que todo tiene un comienzo y un final, y éste pronto llegará. Sólo eso calma la adrenalina que bloquea el fluir de mis ideas. Pronto acabará, me repito una y otra vez mientras tu huracán que ennegreció el cielo, me rodea arrasando con todo. Pronto acabará, siempre sale el sol y se que Lorenzo no me dejará en esta oscuridad. Después de que fue él el que me regaló mi esfera de cristal brillante. En ella guardo mis sentimientos alegres, buenas sensaciones, risas, experiencias enriquecedoras…mis pensamientos felices. Todos ellos desprenden energía que ilumina mi caminar cuando tu mundo de tinieblas intenta asustarme.
Siempre la llevo escondida para que no veas que soy feliz, porque cuando percibes que la llené, un pequeño ápice de alegría en mi, acudes rápidamente a dejarla caer.
Ya lo hiciste otras veces, pero no cuentas con que Catalina me regaló una noche, mientras dormías; La Memoria, y la guardó en el fondo de mi pensamiento, donde ni siquiera yo se. Con ella puedo revivirlos una y otra vez, bailando ante tu ignorancia. Ya que… mi pensamiento es el mejor guardián de mi esencia y yo su única confidente.