martes, 12 de mayo de 2009

¿Quieres que te cuente un sueño?

El día despertó gris como siempre. Ana se despertó al acariciar su cuerpo el frío. Se dio media vuelta y se abrazó al cuerpo de Alberto para robarle algo de calor. Cosa que a éste le hizo regresar de manera forzada del país de los sueños.
-Buenos días ladrona! – Dijo Alberto con la voz aun adormecida.
Ana contestó . -Hola termito! Jajaja- Rompieron ambos a reir.
-¿Sabes?, tuve un sueño, ¿Quieres que te lo cuente?-Dijo Ana
-mmm…no, mejor otra mañana, otro día que te acuerdes y yo tenga menos sueño…- Le contestó Alberto con sorna.
-Oye perdona, prefiero hablar con el otro Alberto, anda tú duérmete y ponme con tu padre- De nuevo rieron.
-Que graciosilla se ha levantado la soñadora! – Dijo Alberto haciéndole un guiño con complicidad.
-Bueno aunque no quieras te lo contaré, solo recuerdo un trozo y se que si no me doy prisa en contarlo lo olvidaré conforme pase el día. De esta forma tú me lo podrás recordar.

Ana se acomodó en el pecho de Alberto, anudó sus piernas a las de éste y comenzó a relatar los hechos de su sueño…
- Soñé que éramos de nuevo pequeños, que estábamos en Primaria, en nuestra clase del colegio con la señorita Rocío. ¿Te acuerdas de ella? Qué bien olía. Pues hasta su perfume he podido percibir en mi sueño. He olido a ceras de colores, pinturas de dedos, rotuladores…ha sido un cúmulo de buenos recuerdos…¡Bueno, que me lio. Total, que estábamos en clase, y nos sentamos en círculo en la alfombra. La señorita se puso un gorro picudo de mago color azul con estrellas plateadas y tomó una barita de larga vara terminada en una estrella con tiras, y un cofre de madera con unos grabados. Todos estábamos sorprendidos y nerviosos ante lo inesperado.
La señorita se sentó junto a nosotros y dijo: A ver niños hoy vamos a hacer un viaje!.
-Manuel Ruiz, ¿Te acuerdas de él, con sus pecas y marisabidillo?, pues preguntó seguidamente: ¿Hoy hay excursión?¿Vamos en autobús? ¿Es a la granja escuela?, hasta en mi sueño era igual de pesao-. Ambos rieron.
-Bueno, sigo. Ella contestó con una dulce carcajada: No, es aun mejor, viajaremos al mundo de los cuentos.
El misterio de la situación atraía toda nuestra atención. Abrió la caja de madera que estaba llena de purpurinas de colores y nos puso un poco a cada uno en la cabeza, con la justificación de que eran polvos mágicos que nos ayudarían a trasladarnos al mundo de los sueños. Mientras lo nos los ponía nos advirtió que cada uno apareceríamos en un lugar que guardara relación con un cuento que nos gustara. Por ejemplo, a quien le gustara Blancanieves podría aparecer en el bosque cerca de la casa o en el castillo.
Conforme hablaba un sueño repentino nos hizo recostarnos en la alfombra sobre la que estábamos sentados.
De repente despertamos en una enorme biblioteca abandonada. Podíamos ver por la poca luz que entraba por uno de sus enormes y sucios ventanales. Descorrimos todas las cortinas y encendimos luces. Ante tal majestuosidad de lugar, no pudimos sostener nuestra curiosidad y nos pusimos como locos a mirar los libros que tenía en sus innumerables baldas. Cual fue nuestra sorpresa al ver que estaban en blanco, no estaban escritos. Tenían sus títulos pero les faltaban las palabras en su interior.
En una de las mesas de lecturas de la primera planta había una caja de madera vieja sellada con un lazo beige. En la cubierta ponía “A quien pueda interesar “. La abrimos y encontramos una carta que inmediatamente nos dispusimos a leer.



Querido Lector, no se ni cuanto tardarás en encontrar mi nota, pero aunque sea después de siglos, habrá merecido la pena por el simple hecho de recuperar la Biblioteca Mágica. No tengo mucho tiempo así que te contaré lo sucedido y te daré las indicaciones que quiero que sigas. Te encuentras en un mundo mágico, que existe entre el campo de la realidad y la fantasía. Esta biblioteca esconde los libros que contienen nuestros poderes. En éste, mi tiempo, existe un Mago malvado que para poder controlarnos ha lanzado un hechizo sobre la biblioteca haciendo caer al suelo las letras de los libros en el momento en el que pretendas abrirlos para leerlos. Pero también nos ha maldecido a todos los habitantes para que ninguno podamos devolver las letras a su lugar. La tarea es muy fácil, sólo tenéis que encontrar a la letra Reina, que estará escondida en las páginas de algún libro de la biblioteca, ella os conducirá a las demás.

Esto os ayudará: 121 131791 45 12120 1252119120


Ambos nos pusimos a descomponer la cifra según el número de pasillo, columna, estantería, valdas…Pero nada coincidía. Pensamos también que podría ser la serie de una caja fuerte, pero ningún libro accionaba nada….

-¿Qué se te ocurre que pudiera ser? -Cuestionó Ana a Alberto.

-mmm...-Meditaba éste.
-Buff, en el suelo eras más despierto!- Le replicó Ana a modo de guasa.Sigo entonces...
Después de horas caimos en la idea de descomponer la cifra según la posición numérica de las letras en el abecedario. Es decir, las tres primeras corresponderían al artículo “La”..así sucesivamente…
-¿Quieres el título ehnn?...pues cúrratelo tú…jajaja….Si, si, ahí justo se encontraba, en ese mismisimo libro…jajaja.

12.1 13.1.7.9.1 45 12.1.20 12.5.21.19.1.20
LA MAGIA DE LAS LETRAS

Nos dispusimos a buscarlo hasta que por fin dimos con él. Era un libro viejo de pastas duras y de cuero, con sus esquinas comidas por su uso. En su canto y portada las letras estaban escritas en un dorado envejecido, como dorada era también la cerradura que tenía.
En nuestras manos teníamos el nuevo reto. Buscar la maldita llave. Revisamos todos los cajones y ranuras. Agotados nos sentamos en el suelo con la vieja caja de madera y el libro entre ambos.
- Sin pistas nunca daremos con ella, despertaremos y no conseguiremos romper el hechizo!- Dijiste tú desesperado, como siempre. Y le diste una patada a la vieja caja. Dejándose así entrever un falso fondo del que salían destellos. Cuando quitamos la tabla q lo cubría nos encontramos con un compartimento forrado de terciopelo negro y al pasar la mano por encima notamos pequeños bultos que sobresalían. Tiramos de él, despegándolo así y comenzaron a salir letras despavoridas. Tenían vida y corrían por las estanterías hacia las esquinas oscuras para esconderse. El hechizo les impedía entra en los libros, así que habían quedado desprotegidas.
- No temáis!- Le dije a una pequeña “i” que me miraba temblorosa. –Hemos venido a romper el hechizo!, pero necesitamos de vuestra ayuda para encontrar a la llave reina.
Ellas se unieron y formaron una frase - ¿Cómo sabéis lo del hechizo?
-Encontramos esta carta dentro de la caja. En ella nos venía un código que desciframos y nos condujo a este libro, pero ahora nos falta encontrar a la llave mágica. ¿Cómo podríamos encontrarla?
De nuevo se unieron para formar: -Es difícil encontrarla, debe de encontraros ella a vosotros, tenéis que conseguir que salga sola-.
-Pero eso como lo hacemos?- Preguntaste tú.
-Deberéis hacer un acto en el que ella vea vuestro respeto a las letras, así confiará en vosotros.
Nos miramos pensativos, ¿Qué acto podríamos hacer?,¿Cómo se respeta a las letras?.
Después de divagar un buen rato y observar a las letras jugar por las estanterías, se me vino una idea a la cabeza.- Ya lo tengo!, les limpiaremos su casa, es decir, limpiemos la biblioteca y así ella confiará en nosotros-
-¡Buena idea! – escribieron las letras.

Nos dispusimos todos a limpiar las pastas de los libros, estanterías, lámparas, mesas, sillas….

Y cuando terminamos nos tiramos al suelo del cansancio que teníamos. De repente una tesela del suelo que componía un maravilloso dibujo comenzó a moverse, a jugar en su sitio, como intentando salir. Ante nuestra mirada agotada vimos salir aquella maravillosa llave con alas y antenas de mariposa, con una melena azul sobre la que reposaba su corona. Su cuerpo lo formaban distintas letras. En su vuelo le acompañaba un aura de luz con destellos suaves que envolvía toda su figura. Era sorprendente verla suspendida en el aire. Voló por toda la sala saludando a todas las letras y se colocó ante nosotros agitando sus alas con una mirada de dulzura que te hacía percibir su agradecimiento.

Después de esos instantes se encajó en la cerradura del libro haciendo un giro. El libro se abrió dejando escapar de sus páginas una hermosa melodía que las letras fueron acompañando. Se formó un enorme remolino de letras que bailaban en el centro de la sala, desde el suelo al techo. Conforme la música sonaba ellas volvían a sus libros hasta terminar la melodía. Quedamos en un absoluto silencio ante la letra Reina, que nos sonreía con dulzura. Nos entregó una nota y antes de poderla leer el sonido de la sirena del recreo del colegio nos despertó. Volvimos a estar en clase con la señorita. Ambos nos miramos, reímos y nos fuimos a jugar al recreo.
-¿Te ha gustado?- Preguntó Ana.
-¿Y ya está?-Dijo Alberto sofocado- Toda esa aventura para que al final nos vayamos a jugar al recreo sin comentar ni pizca?. ¡Vaya tela!. Anda, hagamos café, me muero por una taza!.
-Ja,ja, ja.¡Siempre fuiste un inconformista!. Venga voy yo a hacerlo. Te aviso cuando esté listo- Contestó Ana.
Ésta se puso su rebeca gris clarita de dos tallas mas grandes y bajó a la cocina. Rellenó la cafetera de agua, le puso las cucharadas de café y se sentó en una banqueta a contemplar el jardín mientras recordaba escenas de lo contado con una sonrisa en su cara. En una de las veces en que se cerró la rebeca escuchó un crujido que procedía de uno de sus bolsillos. Metió su mano y encontró un trozo de papel amarillento doblado. Lo abrió y en él encontró un escrito…


Gracias por la ayuda prestada. Os estaremos eternamente agradecidas


…”La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta”...

Ana no podía creer lo que tenía en sus manos. Entonces..¿ no era un sueño?¿ habían viajado en el tiempo?...Hizo un intento de subir las escaleras corriendo para avisar a Alberto, pero al llegar a la barandilla se detuvo, apretó la nota entre sus dedos y decidió esconderla como tesoro para poder regresar algún día a ese lugar, ya que como dicen, si cuentas tus sueños, no se cumplen…



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